miércoles, 16 de agosto de 2023

Su presencia

 Textos para la reflexión escogidos de Karl Barth por Eberhard Bush, Instantes, ed. Sal Terrae, Bilbao, 2005, p. 43.

Dice Jesús: “hoy yo estoy con vosotros todos los días” Mateo 28,20.

Jesucristo es inseparable de los suyos. Él es el que es, en cuanto que está en medio de ellos: es el centro Salvador e iluminador en virtud del cual ellos constituyen el círculo salvado e iluminado por él. No es posible, pues, que el ejercicio de nuestra libertad tenga lugar en un campo en el que nuestra relación con Jesucristo queda reducida a un puro mirar retrospectivo y a una perspectiva sobre su presencia pasada y futura. En especial, es imposible tomar en consideración que Jesucristo pudiera depender, si quiera provisionalmente, de su sustitución por un cristianismo todo lo digno que se quiera. El ser humano no está, pues, abandonado a sí mismo, sino frente al reconciliador que vuelve -también aquí y ahora- con su libertad superior, y precisamente en esta confrontación es también sostenido, arropado, consolado, nutrido y acompañado en todos sus problemas. Al venir a nuestro encuentro en medio de nuestro hoy, está con nosotros todos los días, es la esperanza de todos nosotros. Nuestro día de hoy es también, con toda seguridad, un día de Jesucristo vivo. Puede ser, por tanto, Que el día en que pecamos sea también un día en el que la Tierra esté cubierta de sufrimiento, un día del diablo y de los demonios. Pero lo decisivo es que también es un día de Jesucristo. El, más cercano que cualquier otro ser humano, es el más próximo (prójimo) a todo hombre, el samaritano misericordioso de todos nosotros. Su hoy es realmente el nuestro; nuestro hoy, el suyo.

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